domingo, 10 de abril de 2011

PERU - CAP 8/15: Viviendo El Cusco – Parte II

Cusco, Perú — domingo, 10 de abril de 2011
Hoy por suerte salió el sol y pude andar nuevamente en musculosa.  Hoy tengo el gusto de estar escribiendo este capítulo del diario en un balcón colonial de una cafetería frente a la Plaza de Armas.  Ayer fui a visitar Maras y Moray, y de paso en el camino nos llevaron también a visitar a una comunidad de tejedoras que preparan tintes naturales con colorantes provenientes de insectos y vegetales.  Las lanas naturales obtenidas de animales son lavadas primero con la saponina procedente de una raíz y cuando están secas, realizan el hilado en un huso romboidal dándole forma a las hebras “amasándolas” entre los dedos índice y pulgar.  Luego arman las madejas las cuales sumergen en los tintes colorantes diluidos en agua, a los cuales agregan sal o ceniza volcánica según se desee oscurecer o aclarar la tonalidad y una vez que están secas estas lanas coloridas, hacen sus tejidos en telar.
Moray es un antiguo laboratorio agrícola perteneciente a los Incas con terrazas circulares concéntricas, cada una de las cuales, a su distinto nivel y temperatura, reproduce distintas condiciones climáticas.



Maras son unas salinas que desde tiempos precolombinos vienen funcionando hasta la actualidad.  El sistema se compone de una serie de piletones excavados en la ladera  de la montaña los cuales se llenan de agua salada, la cual luego de evaporarse, decanta su sal lista para procesar.



La necesidad de integración cultural entre los Pueblos Originarios y los turistas Europeos se nota en su discurso y en la incorporación de expresiones idiomáticas típicas europeas.  Aunque no lo crean, estas tejedoras andinas eran trilingües y explicaban sus trabajos en castellano y en inglés, aún cuando el lenguaje nativo de la zona a la que pertenecen puede ser Quechua o Aymara.  Estas mujeres utilizan incluso los colorantes naturales rojizos a modo de cosméticos y cuando mencionaron esto especificaron “24 hours of long duration” y agregaron “y no deja manchas en la camisa del caballero“.  También vi en el camino un grupo de estudiantes que ofrecían una bebida fermentada a base de anís cuyas propiedades estimulantes eran presentadas a modo de “Red Bull Andino“.  El “mensaje blanco” permeaba el canal de comunicación de los Pueblos Originarios en un intento de llegada y de integración.




A mi regreso a la ciudad me fui a saldar una cuenta pendiente con el Templo del Qorikancha que en mi viaje anterior no lo había visitado.  El Qorikancha era el principal templo incaico de El Cusco y cuando llegaron los españoles construyeron sobre él el Convento de Santo Domingo, por eso en su interior, no sólo se ven las dos arquitecturas, conjunción típica de todo El Cusco, la incaica por debajo, la española por encima, sino que además, sus galerías están revestidas por óleos originales de la época colonial.



Hoy domingo me tomé una combi local (salen de la calle Puputi, a una cuadra de Av. Recoleta) y me fui a conocer el Mercado de Pisac, un mercado artesanal donde también hay venta de frutas y verduras.  En este espacio se congregan pobladores de los andes y de los valles para intercambiar los productos de sus distintos pisos ecológicos.  Además del mercado, Pisac es famosa por un conjunto de ruinas arqueológicas (que tengo entre mis pendientes),  por la misa en quechua y por sus hornos de barro coloniales.  Uno de ellos en particular es famoso además por sus empanadas de queso y cebolla así que me fui en busca del horno y sus manjares y cuando llegué me encontré además con un criadero de cuyes vivos los cuales los comensales elijen en el momento y luego de ser matados in situ, son preparados a las brazas.  Los cuyes hermosos… yo en mi casa tuve dos como mascotas así que sería incapaz de comerlos, las empanadas puro pan dulce con un trocito de queso.  La iglesia nunca la encontré… dicen que la trasladaron… dicen que está cerrada por reformas ¿…?

Te como... a besos!!!
En un momento me senté en el escalón de la puerta de una casa para contemplar mejor el movimiento del mercado y estando cercana al piso, mis ojos se fijaron en los pies de los pobladores.  En ese momento me vino a la memoria una novela de H. Mankell sobre África, donde el protagonista evaluaba el futuro de África en base al estado de los zapatos de su población y me vino a la memoria esto porque esta gente caminaba con unas sandalias completamente destruías, llenas de barro, los pies ajados, con la piel curtida, los talones resquebrajados, las uñas lastimadas, ennegrecidas o incluso sin ellas, los dedos superpuestos, los pies hinchados, embarrados… señal de una dura y larga caminata por la vida.

A mi regreso, caminando por El Cusco, descubrí otra plaza a pocas cuadras de la Plaza de Armas, llamada Plaza San Francisco y ahí entendí una diferencia crucial: la Plaza de Armas con sus balcones restaurados y convertidos en bares y pubs nocturnos, es para turistas.  Pero en esta otra plaza había balcones derruidos, en estado original, techos de tejas vencidos y todo un mercado de comidas que congregaba al pueblo de Cusco.  Ojalá alguien se encargara de restaurar los alrededores de esta plaza.  Así, de pronto me vi entre grandes ollas donde las mujeres con trenzas freían comida, otras cortaban verduras y otras tantas comían alrededor de estas grandes ollas.  No era el espacio del turista, era el espacio original del pueblo.  Pero no podía irme de ahí sin probar unas papas rellenas de carne, ají y zanahoria, fritas, por sólo $1… todo un manjar.-
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DATOS
§  Tour Maras – Moray: dura una mañana.  Pagué 25 soles + 5 soles de la entrada al salar
§  Combi hacia Pisac: son los vehículos locales que utilizan los pobladores de la zona para movilizarse a lo largo del Valle Sagrado.  Parten en forma continua y están ubicadas en la calle Puputi, a una cuadra de Av. Recoleta.  El costo fue de 4 soles.
§  Qorikancha: pagué 5 soles con el descuento para estudiantes.