domingo, 10 de octubre de 2010

12 de Octubre, El Duelo de América

El pasado negro se posa en el presente disimuladamente, con formato de número doce, resaltado en rojo, en el calendario de octubre de los países de América.  Es el anuncio de un feriado nacional: "Día de la raza", figura la descripción en letras pequeñas al pié de página.  Es la glorificación de un evento del pasado generando un sentimiento de continuidad con la generación del presente.  Los aniversarios cumplen la función de organizar las memorias y permiten lidiar con los acontecimientos identitarios vigentes, ya que ayudan a construir una historia común como memoria colectiva.

Se dice que el día de "la raza" conmemora el nacimiento de una nueva identidad producto del encuentro de dos pueblos: América y España.  Así se vende, así se publicita, así enmascara su realidad.  El 12 de Octubre está lejos de ser un encuentro feliz porque eso supondría un conocimiento previo de las reglas de juego de ambas partes en una relación bidireccional en igualdad de condiciones, una relación equitativa y recíproca.

Pero el 12 de Octubre es unidireccional porque es el descubrimiento de la otredad.  Es unidireccional en el sentido de que cada uno interpreta al otro según las categorías que son propias de su cultura: los Pueblos Originarios ven a los colonizadores como dioses, los españoles creen que los americanos son residuos primitivos de generaciones pasadas.  Un problema básico de interpretación que le costó la vida a la mayor parte de los pobladores de América.

La Europa que llega a América es una Europa Medieval, católica, cuya fé está depositada en la revelación, cuyo orden obedece una jerarquía divina y por lo tanto, sin posibilidades de modificación por parte de los hombres.  Es una Europa organizada según el orden sagrado que se mueve guiada por un libro de cabecera: La Biblia.

Pero la Europa que desciende de los navíos trasatlánticos se encuentra con una nueva realidad: el habitante Americano de cuya existencia no da cuenta ninguno de los textos sagrados.  Europa completa no encuentra explicación para este "nuevo elemento", para este nuevo sujeto histórico que no aparece mencionado en las Sagradas Escrituras.

La solución más rápida, más práctica, más creíble, es colocar a los habitantes de América en un estadío anterior de evolución, en un desfasaje diacrónico con respecto a los habitantes europeos de 1492: disfrazarlos de primitivos, de salvajes, permite una explicación coherente y acorde con el orden divino.  Era necesario colocarlos al fondo de la fila como quien esconde una pelusa debajo de la alfombra.

Y así, en una descalificación total de sus propias historias, fueron catalogados como resabios de antiguos estadíos de evolución humana y toda la heterogeneidad de los pueblos de América fue homogeneizada, colocando a todos ellos dentro de una misma bolsa bajo la etiqueta de "indio".

El paso siguiente fue una cuestión de "lógica" ilógica: como supuestamente se habían quedado "estancados" en el tiempo, era necesario ayudarlos a salir de su estado y llevarlos hacia "la civilización", hacia el modelo de progreso que representaba Europa.  La empresa colonial estaba encubierta detrás de una misión civilizadora que prometía rescatar y salvar de la barbarie a los primitivos.  Era la táctica Eurocentrista en su máxima expresión.

Con este discurso se justificó toda la maquinaria puesta en marcha por Europa para incorporar "los salvajes" a "la civilización", había que educarlos, había que evangelizarlos, había que forzarlos a entrar en el orden establecido, ya sea por la sumisión o por la fuerza... pero la resistencia no fue poca... y debió ser por la fuerza.  Su existencia y su resistencia ponían en jaque todo el orden jerárquico divino europeo.

Pero no sólo se contentaron con desmantelar a los Pueblos Originarios, no solo se contentaron con derramar su sangre sobre la tierra, sino que fueron por más, fueron por la tierra misma y por sus frutos tan codiciados.  Oro, mujeres, plata, hombres, tierra... todos ellos convertidos en meras mercancías.

América fue desdibujada, saqueada sistemáticamente y pronto una nueva serie de líneas imaginarias delimitaban fronteras económicas y políticas como quien marca las porciones sobre la superficie de una torta.  América era repartida en trozos a saborear por los distintos países de Europa.
No es el momento ni el espacio para enumerar las pérdidas y atrocidades sufridas por los pueblos de América.  Tampoco se puede vivir resentido con un pasado del que ya no existen los culpables. Pero hay concepciones, usos y abusos, que se perpetúan en el tiempo y por eso es necesario rastrear y recordar la génesis, el origen estas ideologías que justificaron y justifican nuestra posición ante el resto del mundo.  Ideas del tipo "la tierra es enorme pero está plagada de indios" eran moneda corriente entre las justificaciones que daban a sus actos colonizadores, situación que no ha cambiado demasiado si consideramos los reclamos que hoy los Pueblos Originarios hacen sobre "los alambrados que caminan de noche".

Por eso es importante no olvidar de dónde venimos para poder entender nuestra situación actual y para poder perfilarnos hacia un futuro mejor.  Empecemos entonces por cambiar las pequeñas cosas, empecemos por entender que el 12 de Octubre no es un feriado de fiesta, sino un día de luto para todos los pueblos de América.  Si bien hoy dejamos de ser colonias políticas, en cierta medida seguimos siendo colonias económicas, seguimos siendo explotados y saqueados en todos nuestros recursos. 

Está en nosotros cambiar estas etiquetas, como lo hizo el presidente Hugo Chavez en Venezuela, cambiando la denominación del 12 de Octubre de "Día de la raza" por "Día de la Resistencia Indígena", debido a que la primera exaltaba los valores alóctonos del colonialismo en detrimento de los valores autóctonos de América. 
Comencemos por cambiar los enfoques, por desplazar el foco de "los otros" y colocarlo en "nosotros", por cambiar los significados.  Entendamos de una buena vez que ya es hora de dejar de formar parte de la fiesta de "los otros", una fiesta en donde sólo somos el botín.  Y recordemos:
el 12 de Octubre es el aniversario de nuestra situación colonial.


América, 10 de Octubre de 2010


( * )  La obra que ilustra esta narración pertenece al artista uruguayo Joaquín Torres García y se denomina "América Invertida" (1943)