jueves, 31 de enero de 2002

EGIPTO - CAP 13/13: El último puerto


"Que el que ha bebido una vez agua del Nilo
aspire a volver a ver el Nilo
porque ninguna otra agua apagará su sed"
Sinuhé, El Egipcio 


Pasaporte
Pasaron ya nueve años de este viaje y la etapa que estoy cerrando con este capítulo resume seis meses de arduo trabajo para su reconstrucción.  Allá por el año 2002, cuando realicé este viaje junto a un grupo de amigos, no existían las cámaras fotográficas digitales y mi Diario de Viajes era un pequeño anotador espiralado.






Catacumbas romanas en Alejandría
Las fotos que hoy ilustran estos 13 capítulos debieron ser escaneadas para finalmente hoy poder compartirlas con vos, pero en aquella época, llevaba conmigo unos 20 rollos fotográficos que me permitieron tomar unas 800 fotografías.  

Mezquita Mohammed Ali


Con el Diario de Viajes sucedió algo similar: yo tomaba notas rápidas en mi anotador y luego, cuando podía, las pasaba por mail a un grupo reducido de amigos que me seguían desde Buenos Aires.  Siempre escribí para un grupo pequeño de lectores, pero también un grupo selecto, porque eran mi familia y mis amigos. 


Sin embargo hay notas que no fueron publicadas en este diario porque no formaban parte del cuerpo de los mails que transcribí.  Sí, efectivamente, lo que acabás de leer es toda una serie de mails que al estilo "reporte de viaje" yo enviaba frecuentemente a mis lectores.  Pero de esos mails sólo quedaba una hoja impresa tamaño A4 por cada uno ya que su casilla simplemente caducó.  Y digo "quedaba" porque hoy queda el soporte electrónico no sólo en internet sino en un back up en mi PC.  


El Cairo y las Pirámides
El block de notas original, todavía lo tengo en mis manos y he notado que hay lugares sobre los que no escribí ni una sola palabra, pero hoy a nueve años de distancia, no logro recordar el por qué.  También he notado que algunas notas han quedado inéditas.  Reescribir este Diario de Viajes me hizo revivir aquel viaje y me hizo recordar cosas que estaban en mi memoria cubiertas de una capa de polvo.  Pero lo más desafiante de todo son aquellas cosas que menciono en el diario y de las cuales hoy tengo sólo un recuerdo cuya luz titilante amenaza con apagarse en cualquier momento, como siluetas en el tiempo que no logro reconocer.





Mi primera vista del Mediterráneo
Los relatos que faltan son básicamente los correspondientes a la tercer y última semana de viaje, donde visitamos entre otras cosas, la Ciudadela Islámica de El Cairo y Alejandría.  Para subsanar esta falencia es que he decidido ilustrar este capítulo con las mejores fotos de estos dos lugares de ensueño.  No voy a olvidar nunca en mi vida el grito de alegría que pegué cuando ví por primera vez el Mar Mediterráneo, porque en lo más íntimo y profundo de su corazón, este mar conserva los recuerdos y el Palacio de Cleopatra.  La fortaleza que figura a continuación, está construida con bloques corroídos por el agua, los cuales se estima pertenecieron al antiguo Faro de Alejandría.

Fortaleza Qaitbay
Fue un desafío muy grande rearmar este rompecabezas porque a la distancia, tuve que reconstruir no sólo todo el viaje sino que además, tuve que hacer el ejercicio de volver a reconocer los paisajes.  A esto se suma la complejidad de que los relatos de cada día mezclaban observaciones de días y ciudades anteriormente visitadas, con lo cual, me ví en la necesidad de rearmar el relato con un hilo conductor coherente en el tiempo y en el espacio.


Alejandría
Entonces, lo que vas a leer a continuación y las fotos que decoran estas líneas son parte de ese material que quedó inédito y que hoy sale a la luz de entre la maraña de letras.








Medinet Habú
Luxor, Egipto - sábado 26 de enero de 2002
El sábado 26 en el Templo de Ramsés III, en Medinet Habú, pusimos nuestras manos sobre una mesa de ofrendas y prometimos volver...








El Cairo, Egipto - jueves 31 de enero de 2002
Gracias a todos mis lectores, los de acá y los de más allá, por acompañarme en lo que desde chica fue mi sueño, desde chica sabía que cuando levantara mis pies de Argentina, no iba a ir a Europa ni al Caribe, iba a ir rumbo a Egipto.

Buenos Aires, Argentina - martes 26 de febrero de 2002
La verdad de esta historia es que yo les escribía primero en un anotadorcito (por lo general en el tren o antes de acostarme) y en algún momento del día me iba a un centro de internet y se los mandaba, pero hubo días en que no tuve tiempo para ir hasta una PC y en consecuencia algunas notas manuscritas nunca les llegaron.


Nueva Biblioteca de Alejandría
Así mismo, hay algunas anotaciones al margen que nunca lograré saber qué es lo que prentendía recordar con ellas, por ejemplo: "tubos verdes", "las puertas de la central telefónica", "los nueve en el taxi", “el episodio de las valijas en el tren”...




  
Hay otras cosas que no voy a olvidar porque en su momento me impresionaron de una forma especial, como por ejemplo, el ritual del cordero, que según me explicaron, como la gente de bajos recursos no tiene posibilidades de comer carne con frecuencia, cuando entre varias familias se reunen y logran comprar un cordero, imprimen las huellas de sus manos con la sangre del animal en la fachada de sus casas.  







También relacionado con la ingesta de alimentos animales, me impresionó ver por la ventana trasera del hotel de Aswan, divisé una plazoleta pequeña donde mujeres cubiertas con túnicas negras estaban sentadas en el piso junto a jaulas con gallinas vivas las cuales son "aniquiladas" en el momento de la compra.  Pero lo más impresionante de esto, fue cuando después, tuve la oportunidad de bajar y caminar sola por esa calle y ver a mi paso los restos cortados de las patas de las gallinas desperdigados por el suelo.




Alejandría
Pero hay otras tantas cosas que no hace falta anotarlas porque nunca las voy a olvidar, principalmente la cordialidad de su gente dándonos la bienvenida a cada paso, gritándose entre ellos entre loma y loma para avisar de nuestro avance y la recurrencia a la solución parental ante cada necesidad: siempre hay un primo del tío del abuelo que tiene lo que uno anda buscando.   


Y si hay algo que nunca voy a olvidar en mi vida es que esos hombres egipcios vestidos con túnicas grisáceas y percudidas me llamaban cálidamente “madame”.

Otra cosa que recuerdo siempre son los usos de ciertas palabras árabes como por ejemplo, los hombres ofreciéndonos incansablemente un paseo en "Kalesh" en la plaza de Luxor, o bien, la picardía de los cuidadores de los monumentos arqueológicos que ni bien ingresábamos nos decían en voz alta "Nou flash, nou foto" y unos segundos más tarde se nos acercaban en forma cómplice y en voz baja, acompañado con un gesto rápido de roce de dedos y un asentimiento continuo de cabeza, nos decían: "flash, flash, foto, foto, bashish, bashish, bashish", lo que en criollo significa "propina".

Para poder minimizar los gastos y poder maximizar los tiempos, almorzábamos en el camino, en el lugar en que la hora del almuerzo nos encontrara.  El almuerzo consistía básicamente en huevos, pan y queso.  Por la mañana, en el hotel, nos daban como parte del desayuno huevos duros y unos panes largos condimentados con comino, tan fuertes en su aroma, que eran imposibles de comer acompañados con mermelada.  Sin embargo, no los desperdiciábamos, en vez de comerlos en el momento, diariamente la gente del hotel nos preparaba unas bolsas negras (esas que se usan para residuos) y nos juntaban los huevos y los panes de todo el equipo, los cuales consumíamos posteriormente como almuerzo.  Al pan en particular lo untábamos con un queso que tiene una contextura similar a la ricota, llamado "queso feta".  Acompañando este almuerzo estaba la clásica botella de agua mineral Baraka.  Así pasé las tres semanas, comiendo huevos, pan y queso hasta el hartazgo.  Así y todo, la diarrea hizo efecto y pasé varios días sustentada por pastillas de carbón.  Recuerdo particularmente el día que fuimos a visitar la Pirámide de Saqqara tener unos dolores de vientre que me partían al medio y que se acrecentaban al caminar por el desierto debajo de los rayos del sol.

Los Egipcianis realizando su versión del Ritual de Apertura de Boca

Muchos de mis compañeros regresan a Egipto año tras año.  En lo personal no sé si volveré algún día a pisar estas tierras, soy de las personas que creen que las segundas oportunidades no son tan buenas como las primeras porque no tienen la emoción del descubrimiento.  Soy de las personas que prefieren seguir caminando por el mundo sin volver a andar sobre los caminos transitados, sin embargo, volver a Egipto, sería como volver con un antiguo y gran amor...

"De lo que ha colocado en su corazón sale de sus labios"
Director de los Profetas de Montu - Dinastia XI




Buenos Aires, 9 de diciembre de 2011