miércoles, 23 de enero de 2002

EGIPTO - CAP 9/13: Tras los pasos de Ramsés II

Luxor, Egipto – miércoles 23 de enero de 2002


"Te espero en Karnak y Cleopatra"
Como verán la impresión que tuve sobre estas tierras fue muy fuerte: arqueológicamente ya sabía lo que iba a encontrar pero la sociedad actual con todos sus matices era una gran incógnita.  No saben el desafío que significa pasar desapercibido en estas tierras, sobre todo porque al ser extranjero ya de por sí uno es llamativo… Pero hemos adoptado una postura de mucho respecto para con esta sociedad que nos recibe.  Incluso antes de partir de Argentina pusimos mucha atención en el tipo de ropa elegida: piernas y brazos cubiertos, una vestimenta básicamente lisa, colores sobrios, sin imágenes ni leyendas en inglés.   En mi caso particular, intento además cuidar la exposición de mi pelo ya que es negro, largo y rizado, así que suelo cubrirlo con un pañuelo.  “Donde fueres has lo que vieres” dice la frase, pero yo creo que nuestra postura va más allá de cumplir con un reglamento, es una postura de respeto frente a una sociedad que nos abre sus puertas y nos deja internarnos en su corazón… llamar la atención o no escuchar las costumbres locales puede resultar ofensivo y no es eso lo que uno quiere lograr.  Más vale adaptarse a las condiciones locales, mimetizarse, asumir algunos usos y costumbres locales, más vale integrarse a confrontar en un choque cultural sin sentido.  Incluso esto puede convertirse en una experiencia sumamente enriquecedora.  Estamos acostumbrados a vivir en una sociedad occidental que hace un culto a la imagen y a la mujer groseramente desnuda, viajar a Egipto es experimentar absolutamente lo contrario: la mujer es más bella cuanto más se cubre.  Ver mujeres completamente cubiertas por mantos negros pero llevando únicamente sus ojos al descubierto, genera un gran impacto porque su mirada se convierte en un todo poderosamente atractivo y seductor.


Gurna - Valle de Nobles

Tumba de Ramose
Hoy visitamos el Valle de los Nobles: es un asentamiento de tipo rural, de casitas de adobe, construidas sobre lo que eran las tumbas de los nobles del Antiguo Egipto.  Cada casa se comunica con alguna tumba y donde no, la gente las habita directamente.  Es un tema muy controvertido porque es todo un patrimonio histórico el que ese pierde en los saqueos de objetos y en los daños a las estructuras, pero por otro lado, es parte de una reocupación continua y de una resignificación de los espacios.  Algunas de ellas se usan incluso como establo.  Lo más impresionante es que son muchísimas tumbas, de una belleza muy pura, con muchos detalles, con pinturas delicadas, con esculturas, columnas, salas, bajorrelieves, y donde cada figura relata un pasaje de la vida diaria del difunto y su sociedad contemporánea.  El pueblito que se asentó en esta zona se llama Gurna y hay un intento de trasladarlo a otro espacio para recuperar la zona arqueológica.  Visto desde afuera resulta tristísimo ver los niños jugando en las tumbas como si fueran un pelotero.  Aquí tuvimos el agrado de visitar uno de los lugares más bellos: la tumba de Ramose.

 
Buscándote... en el Ramesseum

Ramesseum
También estuvimos en el Templo de Ramsés II, el Ramesseum, pero no puedo describirles lo que se siente en ese momento porque es como una brisa que te acaricia el alma, te inunda los ojos y se filtra por tu garganta.  Caminás, lo ves, lo tocás, pensás que él estuvo ahí pero… ¿dónde?... y nuevamente te invade esa sensación de haber llegado a destiempo al lugar indicado.-




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