domingo, 5 de diciembre de 2010

ARGENTINA - BUENOS AIRES - CAP 2: La Boca

En el barrio porteño de La Boca, también conocido como República de la Boca, yacen oxidados recuerdos sobre un río estancado que antaño fuera la puerta de entrada para los inmigrantes europeos y el tránsito de barcos cargados de sueños y mercancías.


Muchos edificios de época se construyeron a su alrededor y todo el fulgor de esta época de oro quedaron inmortalizados en los cuadros del famoso artista Benito Quinquela Martín.  

Cuentan que con los inmigrantes llegaron también las enfermedades y fue así que muchos pobladores que estaban instalados en esta zona sur de la ciudad migraron hacia el norte de la misma para ponerse a salvo.  Así fue como gran parte de esta arquitectura emblemática quedó abandonada a la suerte del tiempo y pronto fue tomada y ocupada por quienes tenían menos recursos para sobrevivir.  Testimonios de esta época de oro son las grandes fábricas, los talleres de astilleros, el Trasbordador Nicolás Avellaneda y el Banco Italiano que se encuentra sobre la avenida Almirante Brown.

Puente y Trasbordador Nicolás Avellaneda
Dicen que para muestra basta un botón y lo que queda hoy en pie de aquella época, luego de una puesta en valor, es Caminito y un par de calles aledañas.  Por este motivo, para llegar y salir de esta zona, es necesario utilizar el transporte público.  Algunas de las líneas que llegan a esta zona son: 29, 53 y 152.


Hoy Caminito es una especie de escenografía donde se reviven, por medio de enormes muñecos que representan al pueblo y a figuras populares como Maradona, Gardel y Evita, las costumbres de aquellos porteños e inmigrantes que habitaban la zona: los balcones, los patios, los piletones, la ropa tendida, las vitrolas, el tango, las escaleras, las veredas elevadas para transitar durante las crecidas del Riachuelo, nombre que toma el Río de La Plata al ingresar a Capital.  La Boca es sinónimo de conventillo, el conventillo porteño. 







Si te gusta el fútbol, no podés perderte un domingo de clásicos en la Bombonera, la cacha del equipo Boca Juniors, que está tan sólo a cuatro cuadras de Caminito, y que pertenece a uno de los equipos más populares del fútbol argentino.  Pero si vas sólo a conocer la zona, y vas en día domingo, te conviene tener en cuenta el horario del partido para evitar el tumulto de hinchas que ingresan y egresan del estadio.



 
Una de las obras de arte porteñas más características son los típicos carteles con diseño fileteado, donde en un abarrotamiento de formas y colores, se entremezclan letras, lazos y flores.








Tal como lo comentaba en el capítulo anterior, si uno observa con detenimiento, puede asombrarse al descubrir que Buenos Aires es una ciudad de formas arquitectónicas en duplas.  Y si uno se aleja unos pasos de estas callecitas saturadas de transeúntes y colores, puede disfrutar del aroma y la tranquilidad de un río, cuyas aguas pesadas, están cargadas de sueños y de historias, en ese preciso punto donde el Riachuelo se luce dando una magnífica curva denominada La Vuelta de Rocha.-




sábado, 4 de diciembre de 2010

ARGENTINA - BUENOS AIRES - CAP 1: Puerto Madero

Faro de Dársena Norte
Soy una convencida de que ser Mochiler@ no es una actividad sino una filosofía de vida y por lo tanto, no se encuentra necesariamente restricto al contexto de los viajes sino que se puede ser Mochiler@ en su propia ciudad.

Pero ser Mochiler@ en medio de nuestra rutina laboral plagada de obligaciones y de horarios a cumplir, no es tarea sencilla.  El desafío que se enfrenta es muy grande, pero cambiando el ángulo de visión se puede hacer que la vida rutinaria y monótona de todos los días se convierta en algo interesante, inquietante, curioso y digno de fotografiar dejándome llevar por esa misma sorpresa que experimenta el extranjero cuando pisa esta tierra por primera vez, por la curiosidad que encierra la tierra extraña.  Es lo que se llama resignificación.

Para demostrártelo, me tomé un día del fin de semana e hice el mismo recorrido que hago habitualmente para ir a trabajar, el recorrido que hago cinco de cada siete días, dormida, cansada, agotada y sin energías, pero esta vez lo hice con mi atuendo de mochilera: pantalones, botas de trekking, una mochila de mano, un mapa, un sandwich casero, mi diario y mi cámara.


Baires cuenta con una amplia línea de subterráneos que pueden utilizarse sin problemas, viajar en subte aquí es muy sencillo porque los mapas son muy simples y gráficos: cada línea de subte tiene una letra y un color asociados.  De lunes a viernes los vagones van repletos ya que transportan a los pasajeros hacia los puntos claves laborales, por eso es que la gente viaja a presión por lo que es condición necesaria para poder ingresar al vagón, pasar al estado líquido… en estado sólido es imposible.  Pero este mismo transporte, los fines de semana, une puntos de esparcimiento importantes, entre ellos, Puerto Madero.  La estación que te deja más cerca (y es la que yo utilizo todos los días para ir a trabajar) es la terminal Leandro N. Alem de la línea B ó roja, que te deja justo entre el Correo Central y el Luna Park, a tan solo una cuadra de Puerto Madero.

La zona se divide básicamente en cuatro diques comenzando en el Dique 1 hacia el sur y terminando en el Dique 4 hacia el norte.  Desde la Estación Alem conviene caminar hacia la Avenida Córdoba para iniciar el recorrido desde el Dique 4 donde se encuentra el famoso Faro de la Dársena Norte.  Puerto Madero es el barrio más joven de la Capital Federal pero está construido sobre uno de los sectores más antiguos y emblemáticos de la ciudad: el Antiguo Puerto de Buenos Aires.  Una particularidad muy especial es que sus calles llevan los nombres de mujeres emblemáticas de la historia Argentina.  Como primera observación uno puede percatarse rápidamente que sobre una de las márgenes los edificios son de ladrillo a la vista mientras que en la margen de en frente son de vidrio.  La razón de ello es que los edificios de ladrillo, los docks, son las estructuras originales del puerto donde se descargaban y almacenaban los productos que transportaban los barcos en este muelle.

Hace algunos años atrás, cuando dejaron de utilizarse, toda la zona era un cementerio de silos y de barcos.  El lugar estuvo abandonado hasta que un proyecto de restauración y puesta en valor de este sitio histórico de Baires, los rescató del olvido y los puso en circulación nuevamente como espacios privilegiados para oficinas, viviendas y restaurantes.  Luego, en forma literalmente espejada, se hicieron construcciones similares en el margen opuesto pero montadas con una estructura más moderna de vidrios espejados.



Entre las estructuras modernas más importantes está el Puente de la Mujer, sobre el Dique 3 así como la restauración y puesta en valor del antiguo y emblemático edificio de Molinos Río de la Plata.  También se pueden visitar los buques museo Corbeta Uruguay y Fragata Sarmiento. 
 


 
Siguiendo por cualquier calle hacia el río (si se quiere se puede caminar hasta la calle Rosario Vera Peñaloza, entre los Diques 1 y 2) se accede al barrio nuevo y una serie de parques que frecuentan mucho quienes practican rollers o skate por sus grandes explanadas.











Tortilla
Continuando un poco más allá se llega a la Costanera Sur, donde está la Fuente de las Nereidas, un lugar de esparcimiento muy concurrido los fines de semana.  Allí están los tradicionales puestitos callejeros donde, entre mesitas al aire libre, vendedores, niños, perros y palomas, puede disfrutarse de un riquísimo choripán recién hecho.  Todo en Costanera Sur es sumamente informal.  Y por la tarde es casi obligado comer unas riquísimas tortillas calientes con unos mates bien espumosos.

Si uno observa con detenimiento, en toda esta zona abundan las estructuras con formas geométricas básicas pero formando parte de grandes composiciones.  Otra cosa que se ve, si uno observa con atención, es que hay mucho uso del dualismo: torres dobles, simetrías espejadas, grúas ubicadas de a pares.  Las grúas son también un hito en la historia de esta ciudad: si mal no recuerdo son de origen alemán pero cuando las compraron no se percataron que no eran compatibles con nuestro sistema eléctrico y quedaron destinadas a formar parte de la decoración del paisaje.




Los fines de semana, aprovechando la cantidad de gente que hay en la zona, puede visitarse también la Reserva Ecológica Costanera Sur.  La base de esta reserva es un terreno ganado al río cuyo relleno corresponde a las demoliciones de edificios que se realizaron en la década del ochenta para hacer la autopista.  En principio se rellenó sólo el contorno y luego se bombeó el agua estancada hacia fuera.  Así es que para recorrerla los caminos están trazados sobre esos contornos originales.  Hace unos años, cuando la vegetación no estaba tan avanzada, uno podía ver los restos de los edificios en todo su esplendor: paredes, azulejos, inodoros.  Hoy por suerte la mayor parte está cubierta con vegetación pero si uno sabe observar con detenimiento, pueden descubrirse algunos de estos vestigios.  Incluso se decía que debido a su ubicación, en el interior de este predio se había planificado el traslado de los principales edificios de gobierno, sin embargo hoy es la reserva de fauna y flora autóctona de la ciudad.  Una vez me explicaron que esa sería la vegetación natural de Baires de no existir la urbanización.  



Es un circuito de trekking básico y llano que incluso puede recorrerse en bicicleta.  Hay varios caminos internos, pero el camino medio parece ser siempre el más transitado y es el que lleva directo a un espacio abierto a orillas del río.  La costa en este lugar no es para una postal por la naturaleza propia de todo este espacio artificialmente construido, sin embargo, pueden disfrutarse de los ceibos, el árbol con la Flor Nacional de Argentina, del Río de la Plata y su imperceptible oleaje, del aroma dulce del río y de la paz del lugar en un pequeño espacio verde a la orilla del mismo.  De ahí se puede salir por el mismo lugar de ingreso y caminar por Costanera Sur hacia el norte donde pueden observarse los vestigios de las antiguas escalinatas que descendían a hacia el río en las época que su costa era utilizada como balneario o bien continuar hasta la salida norte de la propia Reserva Ecológica y así cerrar el circuito.-

Inferior: Puerto Madero (diques) - Medio: Costanera Sur - Superior: Reserva Ecológica




domingo, 10 de octubre de 2010

12 de Octubre, El Duelo de América

El pasado negro se posa en el presente disimuladamente, con formato de número doce, resaltado en rojo, en el calendario de octubre de los países de América.  Es el anuncio de un feriado nacional: "Día de la raza", figura la descripción en letras pequeñas al pié de página.  Es la glorificación de un evento del pasado generando un sentimiento de continuidad con la generación del presente.  Los aniversarios cumplen la función de organizar las memorias y permiten lidiar con los acontecimientos identitarios vigentes, ya que ayudan a construir una historia común como memoria colectiva.

Se dice que el día de "la raza" conmemora el nacimiento de una nueva identidad producto del encuentro de dos pueblos: América y España.  Así se vende, así se publicita, así enmascara su realidad.  El 12 de Octubre está lejos de ser un encuentro feliz porque eso supondría un conocimiento previo de las reglas de juego de ambas partes en una relación bidireccional en igualdad de condiciones, una relación equitativa y recíproca.

Pero el 12 de Octubre es unidireccional porque es el descubrimiento de la otredad.  Es unidireccional en el sentido de que cada uno interpreta al otro según las categorías que son propias de su cultura: los Pueblos Originarios ven a los colonizadores como dioses, los españoles creen que los americanos son residuos primitivos de generaciones pasadas.  Un problema básico de interpretación que le costó la vida a la mayor parte de los pobladores de América.

La Europa que llega a América es una Europa Medieval, católica, cuya fé está depositada en la revelación, cuyo orden obedece una jerarquía divina y por lo tanto, sin posibilidades de modificación por parte de los hombres.  Es una Europa organizada según el orden sagrado que se mueve guiada por un libro de cabecera: La Biblia.

Pero la Europa que desciende de los navíos trasatlánticos se encuentra con una nueva realidad: el habitante Americano de cuya existencia no da cuenta ninguno de los textos sagrados.  Europa completa no encuentra explicación para este "nuevo elemento", para este nuevo sujeto histórico que no aparece mencionado en las Sagradas Escrituras.

La solución más rápida, más práctica, más creíble, es colocar a los habitantes de América en un estadío anterior de evolución, en un desfasaje diacrónico con respecto a los habitantes europeos de 1492: disfrazarlos de primitivos, de salvajes, permite una explicación coherente y acorde con el orden divino.  Era necesario colocarlos al fondo de la fila como quien esconde una pelusa debajo de la alfombra.

Y así, en una descalificación total de sus propias historias, fueron catalogados como resabios de antiguos estadíos de evolución humana y toda la heterogeneidad de los pueblos de América fue homogeneizada, colocando a todos ellos dentro de una misma bolsa bajo la etiqueta de "indio".

El paso siguiente fue una cuestión de "lógica" ilógica: como supuestamente se habían quedado "estancados" en el tiempo, era necesario ayudarlos a salir de su estado y llevarlos hacia "la civilización", hacia el modelo de progreso que representaba Europa.  La empresa colonial estaba encubierta detrás de una misión civilizadora que prometía rescatar y salvar de la barbarie a los primitivos.  Era la táctica Eurocentrista en su máxima expresión.

Con este discurso se justificó toda la maquinaria puesta en marcha por Europa para incorporar "los salvajes" a "la civilización", había que educarlos, había que evangelizarlos, había que forzarlos a entrar en el orden establecido, ya sea por la sumisión o por la fuerza... pero la resistencia no fue poca... y debió ser por la fuerza.  Su existencia y su resistencia ponían en jaque todo el orden jerárquico divino europeo.

Pero no sólo se contentaron con desmantelar a los Pueblos Originarios, no solo se contentaron con derramar su sangre sobre la tierra, sino que fueron por más, fueron por la tierra misma y por sus frutos tan codiciados.  Oro, mujeres, plata, hombres, tierra... todos ellos convertidos en meras mercancías.

América fue desdibujada, saqueada sistemáticamente y pronto una nueva serie de líneas imaginarias delimitaban fronteras económicas y políticas como quien marca las porciones sobre la superficie de una torta.  América era repartida en trozos a saborear por los distintos países de Europa.
No es el momento ni el espacio para enumerar las pérdidas y atrocidades sufridas por los pueblos de América.  Tampoco se puede vivir resentido con un pasado del que ya no existen los culpables. Pero hay concepciones, usos y abusos, que se perpetúan en el tiempo y por eso es necesario rastrear y recordar la génesis, el origen estas ideologías que justificaron y justifican nuestra posición ante el resto del mundo.  Ideas del tipo "la tierra es enorme pero está plagada de indios" eran moneda corriente entre las justificaciones que daban a sus actos colonizadores, situación que no ha cambiado demasiado si consideramos los reclamos que hoy los Pueblos Originarios hacen sobre "los alambrados que caminan de noche".

Por eso es importante no olvidar de dónde venimos para poder entender nuestra situación actual y para poder perfilarnos hacia un futuro mejor.  Empecemos entonces por cambiar las pequeñas cosas, empecemos por entender que el 12 de Octubre no es un feriado de fiesta, sino un día de luto para todos los pueblos de América.  Si bien hoy dejamos de ser colonias políticas, en cierta medida seguimos siendo colonias económicas, seguimos siendo explotados y saqueados en todos nuestros recursos. 

Está en nosotros cambiar estas etiquetas, como lo hizo el presidente Hugo Chavez en Venezuela, cambiando la denominación del 12 de Octubre de "Día de la raza" por "Día de la Resistencia Indígena", debido a que la primera exaltaba los valores alóctonos del colonialismo en detrimento de los valores autóctonos de América. 
Comencemos por cambiar los enfoques, por desplazar el foco de "los otros" y colocarlo en "nosotros", por cambiar los significados.  Entendamos de una buena vez que ya es hora de dejar de formar parte de la fiesta de "los otros", una fiesta en donde sólo somos el botín.  Y recordemos:
el 12 de Octubre es el aniversario de nuestra situación colonial.


América, 10 de Octubre de 2010


( * )  La obra que ilustra esta narración pertenece al artista uruguayo Joaquín Torres García y se denomina "América Invertida" (1943)