
Muchos edificios de época se construyeron a su alrededor y todo el fulgor de esta época de oro quedaron inmortalizados en los cuadros del famoso artista Benito Quinquela Martín.
Cuentan que con los inmigrantes llegaron también las enfermedades y fue así que muchos pobladores que estaban instalados en esta zona sur de la ciudad migraron hacia el norte de la misma para ponerse a salvo. Así fue como gran parte de esta arquitectura emblemática quedó abandonada a la suerte del tiempo y pronto fue tomada y ocupada por quienes tenían menos recursos para sobrevivir. Testimonios de esta época de oro son las grandes fábricas, los talleres de astilleros, el Trasbordador Nicolás Avellaneda y el Banco Italiano que se encuentra sobre la avenida Almirante Brown.
![]() |
Puente y Trasbordador Nicolás Avellaneda |
Dicen que para muestra basta un botón y lo que queda hoy en pie de aquella época, luego de una puesta en valor, es Caminito y un par de calles aledañas. Por este motivo, para llegar y salir de esta zona, es necesario utilizar el transporte público. Algunas de las líneas que llegan a esta zona son: 29, 53 y 152.



Tal como lo comentaba en el capítulo anterior, si uno observa con detenimiento, puede asombrarse al descubrir que Buenos Aires es una ciudad de formas arquitectónicas en duplas. Y si uno se aleja unos pasos de estas callecitas saturadas de transeúntes y colores, puede disfrutar del aroma y la tranquilidad de un río, cuyas aguas pesadas, están cargadas de sueños y de historias, en ese preciso punto donde el Riachuelo se luce dando una magnífica curva denominada La Vuelta de Rocha.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario